La cámara de Senadores aprobó ayer por unanimidad denunciar ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados a los jueces de segunda instancia Raul Insaurralde, Efrén Giménez y Martha Acosta. Ellos revocaron la orden de detención y prisión preventiva del abogado Walter Acosta imputado por coacción, coacción grave y resistencia al agredir fisicamente a una funcionaria del INTN que fiscalizaba una gasolinera en Tavapy.
La Corte Suprema de Justicia por su parte ordenó iniciar una investigación sobre la actuación del violento profesional del derecho que puede terminar con la cazación de su matricula.
El Ministerio de la Mujer, expresó preocupación por la determinación de la cámara de apelaciones, pide que no se normalice la violencia y exige sentar precedentes firmes.
El Colegio de abogados democráticos del Paraguay repudia la actuación del tribunal de alzada y califica el fallo de “inaudito y vergonzoso”.
El juez Raul Insaurralde declaró EN TIEMPO REAL que consideraron necesario asumir esa postura para “persuadir” al abogado golpeador a presentarse ante la justicia y tiró el fardo sobre la fiscalía a la que acusó actuar de manera desprolija en la causa.
Sabiamos que estaba prófugo en Brasil, y como no tenemos tratado de extradición con ese país consideramos prudente revocar las medidas de primera instancia para que “no termine el caso en el famoso opa rei” se excusó el camarista.
A criterio del abogado Guillermo Duarte Cacavelos consultado por radio La Clave 103.9 FM de Ciudad del Este, desde su condición de rebelde Walter Acosta no debió ser considerado en condiciones para litigar. Primero debió presentarse y levantar su rebeldía y seguidamente plantear las medidas menos gravosas a la prisión.
A todas luces, la cámara de apelaciones obró mal, y el fallo es inexplicable según el profesional.
La fuerte presión social y ahora también política hará que el organismo juzgador de magistrados actúe, más aún teniendo en cuenta la formal denuncia de la cámara alta y lo más probable que los tres magistrados pierdan sus cargos por el atrevido fallo.