Peña evade explicar los sobres con 200.000 dólares hallados en Mburuvicha Róga

El presidente Santiago Peña sigue sumido en un ominoso silencio que huele a complicidad y encubrimiento. La aparición de 200.000 dólares en efectivo en la residencia presidencial, en el escándalo bautizado como “Los sobres del poder”, no ha merecido más que evasivas y un comunicado insulso del primer mandatario. Como bien señaló el senador Rafael Filizzola, la falta de una explicación contundente no hace más que alimentar las sospechas de que se trata de dinero ilícito, probablemente vinculado a los maletines que históricamente han circulado en los pasillos del poder.
¿Qué hace tanto dinero en efectivo, y en dólares, en Mburuvicha Róga? Peña alega gastos reservados, pero esos recursos se presupuestan en guaraníes, no en billetes verdes. Si los convirtieron, ¿dónde está el comprobante? La opacidad es tan obscena que hasta la exempleada Luz Maribel Candado Romero fue sometida a un polígrafo de manera coercitiva, una práctica ilegítima que vulnera derechos fundamentales y que solo se explica como un intento de amedrentamiento.
Pero la torpeza no termina ahí. Peña movilizó escoltas y militares para investigar un caso que no les compete, malgastando recursos del Estado en una operación irregular que debió estar en manos del Ministerio Público y la Policía Nacional. Esta actuación arbitraria revela un patrón de impunidad y abuso de poder que ya cansa a la ciudadanía.
Las visitas privadas registradas en la residencia en momentos clave de negociaciones y contratos millonarios añaden más leña al fuego. En otros países, la aparición de dinero en efectivo en dependencias oficiales ha derivado en renuncias y procesos judiciales. Aquí, Peña se parapeta detrás de tuits intrascendentes y evasivas miserables.
La gravedad del caso exige la intervención inmediata de la Contraloría General, el Ministerio Público y la Seprelad. El presidente debe rendir cuentas de manera clara y convincente. Su silencio no es inocente; es cómplice.