Juez brasileño exige cerrar la frontera ante el flagrante tráfico de drogas desde Paraguay

La justicia brasileña ha lanzado un duro golpe contra la indolencia fronteriza al ordenar al gobierno de ese país el cierre inmediato de los pasos ilegales utilizados por el narcotráfico. Esta contundente medida llega tras el vergonzoso decomiso de 1.214 kilogramos de marihuana que partieron desde Ciudad del Este con destino al estado de Paraná, evidenciando la impunidad con que opera el crimen organizado en nuestra frontera.

El cargamento, valorado en millones de dólares, fue interceptado en la BR-277 cerca de Céu Azul, a apenas 90 kilómetros del Puente de la Amistad. Los agentes federales descubrieron la droga hábilmente oculta entre paquetes de alimentos salados en un camión cerrado, donde el conductor -una simple mula del narcotráfico- no pudo disimular su nerviosismo durante la inspección rutinaria.

Lo más grave es que este decomiso confirma lo que todos saben pero nadie detiene: las redes criminales utilizan el Río Paraná como autopista libre para transportar estupefacientes hacia Brasil. Mientras las autoridades paraguayas muestran una inacción cómplice, los narcotraficantes operan con descaro desde territorio nacional, manchando el nombre de Paraguay en el concierto internacional.

La orden judicial brasileña representa un duro mentís a la negligencia de nuestros organismos de control fronterizo. No es solo un problema de seguridad para Brasil, sino una vergüenza nacional que nos retrata como un Estado incapaz de controlar su propio territorio frente al avance del narcotráfico.