Desbande, cacería de brujas, despidos y salario a cuentagotas en la Municipalidad
El caos administrativo en la Municipalidad de Ciudad del Este derivará en una serie de cambios en direcciones y jefaturas, según se anunció ayer. Existen graves problemas financieros: no se paga a proveedores ni contratistas, y los salarios se abonan a cuentagotas. Los contratados apenas están cobrando el sueldo de abril, mientras que los funcionarios de la planilla permanente siguen esperando.
Se advirtió que este podría ser el último salario abonado, ante la inminente intervención y la severa iliquidez de las arcas municipales.
Ayer fue destituida la directora de Desarrollo Social, Adriane Alves, hermana de la expareja del intendente, Natalia Alves, tras descubrirse un desproporcionado incremento en su patrimonio. Según fuentes cercanas a Prieto, Adriane ingresó a la Municipalidad prácticamente a pie, pero en poco tiempo adquirió un apartamento en el exclusivo condominio Eco Villas y una camioneta Cherokee 0 km.
Anteriormente fue jefa de Aportes y se encargaba de organizar comisiones pro construcción que recibían jugosos desembolsos municipales para ejecutar obras eludiendo controles de la DNCP. Desde entonces, ya se notaba un crecimiento notable de sus bienes, según las mismas fuentes.
Además, mantenía una relación sentimental con un contratista que acaparaba las obras financiadas por la comuna a través de las comisiones que ella misma organizaba.
En Desarrollo Social, Alves amplió su campo de acción, llegando a “dormir” incluso a su propio jefe con siderales desvíos de recursos. Aunque el intendente Miguel Prieto ordenó su despido, no la denunció ante el Ministerio Público pese a contar con datos precisos de que se quedó con fondos públicos.
Se esperan más cambios en el área económica. Las direcciones de Impuestos Inmobiliarios y Administración y Finanzas están en la cuerda floja. Días atrás, ya fue removido el jefe de Fiscalización Tributaria, Carlos Cantero, y en su reemplazo fue designada la inefable Sandra Casco.
Miembros de comisiones barriales, mototaxistas, taxistas y transportistas públicos y alternativos fueron coaccionados para participar en la manifestación del domingo contra la intervención. Prieto intenta proyectar una imagen de apoyo popular mientras agoniza políticamente en el último tramo de su malograda gestión, a las vísperas de una intervención que podría desalojarlo del poder.
